Quincy Jones, el incomparable músico, compositor y productor que fue el genio detrás de innumerables clásicos del pop, incluyendo los icónicos álbumes Thriller, Off the Wall, y Bad de Michael Jackson, falleció el domingo 3 de noviembre en su hogar en California, según informó The New York Times. Jones, una auténtica leyenda de la música y el entretenimiento, tenía 91 años. Aunque no se ha divulgado la causa de su muerte, su partida marca el final de una era en la que fue no solo un ícono, sino un arquitecto fundamental del sonido contemporáneo.

A lo largo de su carrera, Quincy Jones acumuló un récord casi inigualable en los premios Grammy, con 80 nominaciones y 28 premios en total, y su espíritu innovador lo llevó a fusionar géneros en una época en la que pocos artistas se atrevían a cruzar fronteras musicales. Desde el jazz hasta el R&B, el pop y el rap, Jones trabajó con figuras míticas como Frank Sinatra, Miles Davis, y Donna Summer, imprimiendo en cada colaboración un toque personal que transformaba cada pieza en un clásico. Su vida musical comenzó en Chicago, donde nació en 1933 y, a los 10 años, ya tocaba la trompeta en una banda que formó con su amigo Ray Charles. Su formación profesional lo llevó a estudiar en el Berklee College of Music y, después de varios años como director musical de Dizzy Gillespie, se trasladó a París para estudiar con la compositora Nadia Boulanger, donde también fue influenciado por la música electrónica de Pierre Boulez.

Durante los años 60, Jones asumió el rol de vicepresidente de Mercury Records, ampliando su trabajo hacia la música para cine y televisión con bandas sonoras inolvidables, como la de The Pawnbroker de Sidney Lumet. Su relación profesional con Michael Jackson comenzó en 1977, al supervisar la música de la película The Wiz, y juntos producirían tres de los álbumes más importantes de la historia de la música pop. Pero Quincy no se limitó a la producción musical; a lo largo de su vida fundó la revista Vibe, colaboró en la creación de la plataforma de streaming Qwest TV, y dejó su marca en la televisión con el famoso show The Fresh Prince of Bel-Air. Quincy Jones fue más que un músico: fue un visionario, un incansable innovador cuya influencia sigue viva en cada rincón de la música y el entretenimiento.