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Actos de entrega, pactos demoniacos y larga vida a SONO10 en su sexto aniversario.

El milagro de la radio independiente en medio del agandalle y el caos

Por Dr. Peñi

Para mis estimados compañeros de la estación

En la numerología tradicional el número seis representa la capacidad de entrega; sí: ese comportamiento que indica que se le está dando todo a alguien o a algo. Ya sea una relación de pareja, una prueba deportiva o la consagración en el arte que se quiera, qué bonito es saber que todavía existe la intención de aportar algo.

Esto me hace pensar: ¡qué coincidencia! Ahora que SONO10 está cumpliendo seis años de vida, este número y su significado bien se pueden relacionar con la condición actual de esta estación de radio, la cual, a pesar de las adversidades y el caos social, se entrega a su audiencia, a su autenticidad musical y a los sueños sonoros de sus locutores.

Si la capacidad para dar puede ser hoy en día una cualidad en vía de extinción, la permanencia de SONO10 puede entenderse como una especie de milagro que produzca asombro. Con esta idea de fondo, tal vez valga la pena detenerse a reflexionar un momento sobre la existencia de un proyecto sonoro como este, en tiempos del consumismo.

En la historia de la radiodifusión han existido claras iniciativas por hacer que este maravilloso medio no acabe enjaulado, sujeto al poder y a los caprichos de los dueños del dinero. Como ejemplo, generalmente me gusta pensar en aquellas estaciones de radio pirata que transmitían en los años 60s desde barcos cercanos a las costas del Reino Unido, desafiando así a la imposición musical establecida.

Sería exagerado de mi parte comparar tal movimiento social con las intenciones de estaciones que transmiten por Internet el día de hoy; sin embargo, me parece que su propósito era y es el mismo: un deseo impetuoso por mostrar otras posibilidades musicales que desafíen al costoso, superficial y banal mainstream que llega a todos lados, todo el tiempo.

En otras palabras: ¡qué dulce es la libertad en la que no hay que rendir cuentas a patrones y anunciantes que lo quieren dominar todo! Más, cuando ese todo incluye el control (léase agandalle) de los dineros, la cultura musical y la imposición de lo que debe escucharse.

De esta forma, la existencia de SONO10 es una celebración de la radio independiente, a la cual subyace el amor por la música más allá de los intereses comerciales, acompañado de la honesta intención de comunicar ideas, recuperar espacios y cautivar a la audiencia a través de la música con toda la belleza que la acompaña.

Me gusta pensar que su sexto aniversario también es una manera de celebrar la supervivencia de proyectos radiofónicos que se entregan y se organizan comunitariamente para enfrentar, en tiempos pospandémicos, a gigantes enormes como Spotify o Youtube, o bien, a las estaciones de radio que ahora también transmiten en línea. ¡Uf, qué clase de reto!

A seis años de su creación, SONO10 puede seguir siendo ese oasis musical para quienes no nos conformamos con lo tradicional. Es, probablemente, una oportunidad para recargar energía la mayoría de los días de la semana, escuchando “música de calidad” en su Sonoridad Continua y en los programas en vivo.

Para concluir, me gustaría decir que, si el 6eis representa la ya mencionada capacidad de entrega, no debe olvidarse que en los cultos satánicos este número es fundamental para la invocación demoniaca. Que Iron Maiden haga sonar de nuevo The Number of the Beast en nuestra querida estación, para pactar con Satán larga vida a SONO10 en medio del caos en el que vivimos. ¡Felicitaciones!

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